La posibilidad de conducir un vehículo sin luces es una idea inconcebible, en el vertiginoso y congestionado mundo de hoy; pero las luces no solamente son útiles para disfrutar una mejor visibilidad. Son imprescindibles para enviar señales, en carretera, aun cuando el vehículo no esté en circulación.
Parte de la adecuada conducción de un vehículo tiene que ver con la utilización y la interpretación de las luces, porque cada circunstancia demanda cierto tipo de alumbrado y también con el mantenimiento que se le debe dar a cada componente del sistema de alumbrado.
Cada vehículo está equipado por al menos seis tipos de luces, que sirven para ver, para ser visto y para indicar a conductores y eventualmente, a peatones, sobre la maniobra que se está por realizar. Veamos cada una de ellas:
Luces para ver
Luz corta
Es la luz que se debe utilizar en las ciudades, siempre, de noche o de día, con niebla, lluvia o polvo. Es la que permite al conductor ver mejor la vía por la que está circulando y con ella se evita cegar a los conductores que viajan en sentido contrario.
Luz larga
Se utiliza de noche, en carreteras insuficientemente iluminadas, particularmente cuando el conductor no alcanza a ver el número de placa del vehículo que va adelante, si no distingue con claridad un vehículo oscuro a una distancia de 50 metros o si va circulando a más de 40 Km/h.
En todo caso, en carreteras con poca iluminación o en autopistas, aunque estén iluminadas, es necesario hacer el cambio de luz larga a luz corta, cuando venga un vehículo de frente.
Luces antiniebla
Son muy útiles durante las lluvias torrenciales o cuando el conductor se encuentra con las densas capas de neblina características de las zonas montañosas costarricenses. Son muy útiles para seguir las líneas del borde de una calzada, pero, puesto que se trata de luces muy potentes, sólo se les debe usar en caso de necesidad, para no perjudicar a los conductores que vienen de frente.
Luz de cortesía
Es la luz ubicada en el techo del vehículo, que se enciende al abrir la puerta. De mucha utilidad cuando entramos o salimos del vehículo, para encontrar la ranura de la llave de ignición y abrocharnos el cinturón. Algunos vehículos incluyen otras luces secundarias, en la guantera y otros componentes del vehículo.
Luces para ser vistos
Luz de marcha atrás
Son luces blancas que se encienden automáticamente al engranar la marcha atrás. Sirven para avisar a otros conductores y a los peatones que el vehículo está retrocediendo. También iluminan la parte trasera del vehículo, algo que resulta muy útil cuando se trata de estacionar en horas de la noche o en un garaje oscuro.
Luces de parqueo
Luces de parqueo. También llamadas luces de posición. Acompañan a las luces cortas, largas y antiniebla y se utilizan para indicar que el vehículo está detenido. Estas luces son insuficientes para iluminar el camino.
Luces intermitentes
Son indicadoras de dirección, para que otros conductores o los peatones sepan cuáles movimientos vamos a realizar. Suelen encontrarse en las esquinas de los vehículos, aunque en algunos modelos están en los retrovisores.
Luces de emergencia
Son cuatro y sirven para informar sobre una situación de emergencia que el conductor alcanza a ver o sobre alguna avería que está afectando al vehículo. Funcionan mediante un interruptor ubicado en el cuadro de mandos del vehículo.
Debido a la importancia del sistema de luces, hay que estar comprobando su buen funcionamiento periódicamente. Hay que estar cambiando las bombillas por parejas, para evitar que la intensidad de la luz quede dispareja.
Es recomendable elegir lámparas de calidad, para garantizar una adecuada iluminación y una mayor durabilidad, y observar que los faros no tengan roturas, para evitar filtraciones y condensaciones que puedan dañar el sistema del alumbrado.
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